Querido lunes, te odio

Aprovechando mejor de todos los días, inclusive el Lunes.

Es bien sabido que los lunes son un día en el que por regla general, el humor está por los suelos, no gustan y más bien disgustan. Venimos de pasar un grandioso fin de semana con salidas al parque, a comer a un lugar lindo, a comprarnos alguna prenda, entonces pasa lo inevitable; después de las 6 de la tarde del domingo todo se torna ominoso, nuestro pecho se siente oprimido y nuestra energía pasa del nivel 100 a 10 de manera gradual conforme llega el momento de ir a dormir y soñar con que el día no acabe.

 

Lo que sucede a continuación es un lunes. Que día más nefasto, que día más innombrable, que día más largo ¿O no?. La semana tiene 7 días, todos y cada uno de esos días tiene 24 horas; la semana entonces tienen 168 horas. Si el promedio de horas trabajadas es de 8 por día, ¿Por qué el lunes el tiempo transcurre tan lentamente? Todo está en nuestra cabeza. Si hiciéramos el cálculo, un lunes equivale a 14% de la semana, pero laboralmente hablando solo representa menos del 5% de una semana. Siendo este porcentaje tan pequeño, debería bastar para que nuestra percepción fuera menos dramática del día que los romanos dedicaran a la luna.

Al mencionar que todo está en la cabeza es muy simple, el tiempo es relativo. No hablo de la teoría de Einstein que no entiendo del todo, hablo del hecho de que la relatividad del tiempo se basa en que mientras más disfrutas el tiempo, este se consume más rápido. Cuando el tiempo lo pasas quejándote, dándote de topes en la pared (no literalmente), sintiendo pena por ti mismo, la percepción de un espacio de tiempo, en este caso de 8 horas se hace mayor, termina pareciendo una eternidad.

¿Entonces que podemos hacer para no sentir tal agobio por los lunes?

 

Tres Cambios Básicos

Tres cambios básicos hice yo para dejar de ver los lunes con odio, esos tres cambios te pueden ayudar también.

  • Cambia tu concepto, es un día como cualquier otro. El lunes es un día, ocurre una vez a la semana, lo mismo los martes o los viernes. Si comienzas por darle su justo valor, empezarás a ver que nada tiene de indeseable, pues ante todo es una oportunidad más de vida. Su mala fama se debe a que lo asociamos a que con él empieza el trabajo y se acaba la diversión; piensa mejor que gracias a él comenzamos una semana que tendrá por premio mucha diversión.
  • El lunes de una persona, es el jueves de otra. Mucha gente trabaja de lunes a viernes, pero hay muchos más que por el tipo de labor tienen semanas de martes a sábado, de miércoles a domingo, incluso de dos días de 12 o 24 horas continuas. Poniendo esto en perspectiva, el lunes pierde su poder como día nefasto y cae entonces en la casilla de un día ordinario. El día no tiene culpa, nosotros somos quienes lo culpamos.
  • Goza el descanso, prepárate para el trabajo. Decía un maestro de Psicología en Bachillerato, “No podemos ir todo el día con cara de éxtasis, la vida requiere momentos de sosiego para que el éxtasis no pierda su valor” No todo puede ser diversión y no todo es aburrimiento o imposición laboral. Los descansos y el trabajo se complementan, los lunes se necesitan para darle redondez a la semana. Apreciarlos como comienzos es mucho mejor que desdeñarlos como exterminadores. ¿Que de la vida sería si el azúcar no conociera la sal?

 

Cambiar mi idea de los lunes, me costó trabajo en su momento, recuerdo que esos días solía vestirme de negro, gradualmente en la semana subía el color en mis atuendos. Cuando cambié de idea acerca de los lunes, recuperé 4 horas de mis domingos que usaba para deprimirme, quejarme y ponerme de mal humor; también recuperé la alegría de vestirme de rojo el día que yo quisiera, incluso los lunes.

Nacho Eguiarte – Organizador Profesional y Blogger en NACHOrganiza

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