Organización | Pretextos Para No Organizar
El Caso del Fregadero vs. Lavavajillas
Hay casas que cuentan con lavavajillas, en ellas, poco frecuente es que se laven los platos en el fregadero. Si el lavavajillas se descompone, probablemente los trastes se apilarán en el fregadero, sin ser lavados; pretextando el desperfecto. Síndrome de la vida moderna es ir por la vía fácil sin buscar soluciones alternas, y con ello también usar pretextos para no hacer las cosas. Organizar no es tan diferente del caso del fregadero y la lavavajillas, cuando no tenemos herramientas o auxiliares “apropiados” decimos que no podemos hacerlo. Sería mejor buscar otros métodos y valernos del ingenio; la inventiva nace de la necesidad.
Pretexto de Tiempo.
El tiempo es lo que más alegamos no tener. Rutinas simples que vayan desde los 5 a los 15 minutos todos los días hacen una gran diferencia. En 5 minutos arreglas un cajón; en 10 sacas de la alacena todo lo que está expirado; en 15 sacas del clóset todo lo que ya no te pones, no te gusta o no te queda.
Pretexto de Habilidad.
Decir que no naciste organizado puede ser cierto, hay quienes lo son y otros lo aprenden, pero para aprender no necesitas cursos, diplomados menos un título universitario. Al tiempo que estás leyendo esta publicación puedes vincularte con internet a cientos de otras publicaciones que indiquen pasos simples para organizar. No tienes que saberlo todo ni tampoco tienes que hacer todo el mismo día, mejor un paso que dure y no un trote que te canse. La clave es hacer un poco a la vez y sobre todo hacerlo aprendiendo sobre la marcha.
Pretexto de Contenedores.
No tener los bellos contenedores para organizar tus cosas. Esas coquetas cajas de colores o transparentes para acorralar ropa, juguetes, revistas o utensilios, están lejos de tu alcance y por eso no organizas. ¿En serio? En casa probablemente tenemos dos docenas de canastos, cajas de cartón, latas o moldes de plástico que pueden hacer el contenedor perfecto, que además no se usan y forman parte de la acumulación. Reta tu creatividad, una vil caja de cartón con un poco de papel de envoltura o pintura decorativa, puede convertirse en tu nuevo sistema de organización ideal.
Pretexto de Dinero.
Partiendo del punto anterior, al buscar entre lo que ya tienes, cosas que hagan la función de contenedores, estarás ahorrando dinero. Para mí, como Organizador Profesional, una de las reglas es organizar con lo que hay a la mano, antes de ir de compras por más cosas que solo aumentan el espacio requerido para operar. No me digas que no hay dinero para esas cosas, mejor dime que puedes reutilizar para no gastar; convierte en un reto interesante la organización de tus espacios.
Pretexto de Ganas.
No tener ganas, bueno ahí más que pretexto es una falta de enfoque sobre una meta que nos ayudará a vivir mejor. ¿Qué te parece si cuando sientas que el ocio te aprisiona haces un trato? De cada 10 minutos que quieras estar sin hacer nada, sin ganas, destina 5 a ordenar un poco la misma habitación donde estés. Así los 5 minutos restantes después de organizar, serán tu recompensa celestial; podrás sentarte y relajarte un poco, beber un té helado, estirarte en el sofá, y después ponerte a la marcha de nuevo. Se trata de hacer un compromiso, visualizando la vida que quieres tener, los espacios como los deseas para conjugar una vida placentera.
Cada pretexto tiene un remedio. En México decimos que, desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los tontos (la palabra original es más soez pero por respeto solo resuena en mi cabeza). Mientras seamos víctimas de los pretextos buscaremos no hacer nada, culpando a todo y todos por nuestro desorden, pero, si nos miramos al espejo, encontraremos al verdadero culpable. Así que a dejar de lado los pretextos inventando modos y adaptándonos a lo que tengamos a mano.