Cómo Deshacerse de Cosas y Declarar Su Independencia
El 15 de septiembre en México es el día que celebramos el Grito de Dolores, se trata de emular a las 11 de la noche, el llamado que hizo Miguel Hidalgo a que el pueblo se levantara para obtener su independencia de España, el 16 es cuando formalmente celebramos el aniversario de esa independencia. Esta fecha tan significativa me llevo a pensar en la publicación de hoy. No me refiero a clases de historia, me refiero al hecho de que muchas veces no declaramos nuestra independencia de las cosas materiales, llevándonos esto a estar sometidos por la acumulación al grado de preferir cosas sobre personas, objetos sobre momentos.
¿Las cosas nos poseen o nosotros las poseemos?
Piensa bien esta pregunta; nada raro son los casos en que la personas, toman un apego por las cosas, sienten que las poseen. Es cierto que las adquieren y en cierto modo son sus dueños, pero ese apego exagerado, hace que la realidad se vuelva otra. Las cosas nos poseen, aún siendo objetos inanimados tienen un poder extraordinario, nos llevan a pensar que las necesitamos, que sin ellas no podemos vivir, en pocas palabras, somos sus esclavos. Esa esclavitud o dependencia, nos impide visualizarnos sin ellas, sentimos que son parte intrínseca, que forman parte de nuestro ser.
Ahí viene el problema. En el momento que damos una caracterización de ente viviente a nuestras cosas, podemos perder la línea entre la necesidad y la obsesión. Evitamos deshacernos de objetos por miedo a necesitarlos, acumulamos otros más para tener en caso de que el primero se rompa o pierda. Pasa que aún roto, somos incapaces de botarlo a la basura. Tampoco nos percatamos que la vida útil de un objeto no termina hasta que se gasta, termina en el momento que ya no cumple una función para nosotros. Si la ropa no te queda, afuera; si la podadora es de cuando vivías en casa y ahora vives en condominio, no tiene sentido conservarla.
Si costo poco, mucho o nada de dinero, no justifica guardar algo que no tenga función o uso. Es tiempo de deshacerte de ello. Reclamar tu independencia de las cosas es tan simple como reconocer lo siguiente, las cosas cumplen una función práctica como vestir o cocinar, estética como decorar, de transición como cuando usamos muletas por una fractura, entre otros tipos de funcionalidad. En todos los casos, cesando la función, cualquiera que sea esta, debemos considerar dejar pasar las cosas, liberarnos de nuestro apego y no poner excusas. La vida se construye con los momentos, no con las cosas; nos servimos de ellas, no vivimos para ellas.
La clave es el grito
También conmigo puedes dar el grito, decir basta, sacar de tu sistema esa necesidad que impide que digas adiós a las cosas materiales que te rodean. Decide que cosas tienen utilidad en tu vida diaria; cuáles te ayudan a tener una mejor vida, más apacible, más relajada, mas sencilla. Es tiempo de que retomes el control de tu vida, al final de cuentas, son solo cosas.
Nacho Eguiarte – Organizador Profesional y Blogger en NACHOrganiza