Sin Tiempo Para Pensar | Piensa Menos, Actúa Más
El año 2013 terminó para mí, con un excelente sabor de boca, no solo por las deliciosas comidas y cenas típicas de la temporada, que me han hecho subir, Dios sabrá cuantos kilos (no he querido pesarme). El sabor proviene de buenas oportunidades de mantener mi presupuesto en cintura; colaborar en proyectos destinados a ayudar animales abandonados, desvalidos y vejados; y de haber empezado la mudanza de mi blog a un sitio web más formal.
El 2014 empezó siendo un reflejo de como terminó el otro año, he habido una serie de oportunidades que he tomado al vuelo; terminé de poner en marcha el nuevo sitio web el día que cumplía dos años de publicarlo; recibía noticias buenísimas sobre las causas animales que apoyé; mis finanzas se ven muy sanas, sobretodo ahora que vivimos cambios profundos en mí país que hacen tener mucha incertidumbre financiera; y me enrolé en una clase de NAPO acerca de la ética en la profesión de organizar. Es curioso que todo lo que platico desde su concepción hasta su realización fue más impulso que razonamiento.
Suena a locura, como pude embarcarme en tantos proyectos y que resultaran favorables. Pero al analizarlo me doy cuenta de una cosa, lo que sucedió en todos los casos, si bien hace algún tiempo fueron sueños, la realización de los mismos se logró porque pensé poco, solo lo necesario para aquilatar las situaciones y actúe mucho, sin dejar de moverme, pero si permitiendo un paso adecuado para respirar y no quedar exhausto. El dinamismo generó energía y la energía provocó el dinamismo.
Quedarme sin tiempo de pensar, para ganarme tiempo de actuar
Entonces, no se si descubrí el hilo negro, tal vez ya lo sabía y más bien lo había olvidado. El miedo a tomar riesgos y hacer cambios de calidad en nuestra vida es natural, pero pensar demasiado tiempo sobre esos cambios y la manera de realizarlos, es lo que verdaderamente nos contagia de pesadez y nos inmoviliza. Es bueno recordar que buena parte de las ocasiones, tenemos que dar el salto de fe y no dejarnos invadir de miedo, porque lo que pueda salir mal o lo que deba hacerse previamente.
No estoy diciendo que la planeación de la vida no tenga sentido, claro que lo tiene; ello nos permite revisar todos los frentes, la posibilidades de éxito, los posibles tropieza, las posibles soluciones cuando aparezcan los obstáculos. El tiempo es valioso como para desperdiciarlo o invertirlo en mala manera; pero es igualmente absurdo, invertir demasiado tiempo en pensar tomar acciones, y al final exceder ese tiempo pensando en lugar de haciendo. La acción es la parte clave en el juego de la vida.
“Siéntate a ver que pasa y lo único que pasa es la vida. La vida es acción”
Podemos sentarnos a ver como pasa la vida mientras transcurre el tiempo, pero eso no puede llamarse vida. Esa sería una contemplación de la vida. Fundamentalmente tenemos que actuar, como sea y en lo que sea, de ese modo rendiremos tributo a la vida, aprovechando el tiempo que tenemos para vivirla. Por eso quiero dejar de pensar tanto, de darle tantas vueltas a las cosas y sobre todo, dejar de pensar en todos los escenarios de caos que podría enfrentar, porque jugarlos en mi mente, no equivale a vivirlos.
Que el tiempo de actuar no se consuma, toma una decisión y considera que estás sin tiempo para pensar, por lo que debes brincar a la acción. Valora las posibilidades, es bueno, pero no te atores solo en pensarlo, porque buena parte de las cosas que están sobre pensadas no terminan en acciones.
Nacho Eguiarte – Organizador Profesional y Blogger en NACHOrganiza